«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres»

EVANGELIO DE HOY Mateo (4,1822): (S. Andrés Apóstol)

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.

Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

PARA VIVIR LA PALABRA:

Jesús es dueño de Simón y de Andrés a quienes ha dado la vida y por tanto puede disponer de ella a su voluntad. Les dijo: *Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.+ Utiliza dos imperativos: Venid.@ Renuncian a seguir con su padre realizando sus faenas diarias de pescadores y recibiendo las órdenes de aquel a quien hasta este momento habían servido. La llamada de Jesús lleva consigo una renuncia , hay que dejar lo que se está haciendo y disponerse a hacer lo que Jesús ordene.

Y ¿Qué les ordena Jesús? ¡Seguidme!. En adelante cambiarán la vida que llevaban junto a su padre por la nueva vida junto a Jesús. Antes conocían bien su oficio, lo que les tocaba hacer cada día, fuera remendar las redes, salir de pesca o vender el pescado. Todo esto les era familiar. Ahora no saben nada. Tienen que comenzar de nuevo. )Qué hacer? ¡Seguidme.! Este es el primer quehacer que Jesús da a cada uno de los que llama. Seguirle y compartir su suerte día a día. Y Él nos irá transformando.

Andrés nació en Betsaida y tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista. Éste, al ver pasar a Jesús, que volvía del desierto después de su ayuno y sus tentaciones, exclamó: «He ahí el cordero de Dios». Andrés se emocionó al oír semejante elogio y junto con Juan, se fue tras de Jesús, Jesús se volvió y les dijo: «¿Qué buscáis?».

Ellos le dijeron: «Señor: ¿dónde vives?». Jesús les respondió: «Venid y veréis». Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde.

Esa llamada cambió su vida para siempre. Andrés fue luego donde su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Salvador del mundo» y lo llevó a donde Jesús quien encontró en Pedro a un entrañable amigo y sobre esa piedra edificó su Iglesia.»

El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue San Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. El santo presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus maravillosos sermones, viviendo junto a él por tres años.

El día de Pentecostés, San Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás Apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.

La tradición coloca su martirio el 30 de noviembre del año 63, en Acaya, bajo el imperio de Nerón.

Que tengas un día feliz lleno de fe y de esperanza