«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres»

EVANGELIO DE HOY: Marcos (1,14-20):

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.

Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

PAPARA VIVIR LA PALABRA:

Una vez finalizada la misión de Juan, Jesús comienza “ a proclamar el Evangelio de Dios” en la Galilea de los gentiles, como está establecido en su programa, ya expuesto por los profetas. Conducido por el Espíritu, atenderá y cumplirá en todo la voluntad del Padre, que es “su alimento.” Toda su vida está consagrada a llevar a cabo la obra para la que el Padre le ha enviado, que es salvar a la humanidad, dándole la vida eterna (Heb. 17,4). Esta obediencia le llevará hasta la muerte (Rom 5,19). Y su última palabra, mientras agoniza en la cruz, será “todo está cumplido” (Jn 19, 28-30.

Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» No sólo se han cumplido las Escrituras, sino también los tiempos establecidos por Dios para llevar a cabo su plan de salvación, preparado con la Antigua Alianza, llevada a su plenitud. Con la venida de Jesús se inicia la Nueva Alianza, sellada por su sangre en la cruz, llegando así a la plenitud de los tiempos, que tendrán su fin con la vuelta de Cristo como Juez de vivos y muertos (Mt. 25, 31-46). “Está cerca el reino de Dios”, tan cerca como el mismo Dios, hecho hombre en la persona de Jesús. La conversión que pide a los judíos, no es a cumplir la Ley y sus normas. “Si vuestra justicia no es mayor que la de escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mt.5,20). La fe en el Evangelio es la fe en Jesús. Y la conversión, no es volver al cumplimiento de unos preceptos, sino a la comunión con una persona, que es Cristo.

Por eso llama a los primeros discípulos a “seguirle.”. Este seguimiento no se limitará a ir con Él, sino más aún a ser transformados en hombres semejantes a Él, “pescadores de hombres,” consagrando sus vidas a hacer la voluntad del Padre, para poder ser un día “enviados” a proseguir su misión entre todos los pueblos hasta el fin de los tiempos. A nosotros nos queda, al iniciar el tiempo ordinario del nuevo año litúrgico, año jubilar de la misericordia, poner nuestros ojos en la generosidad de los primeros discípulos y seguir su ejemplo. María, nuestra madre, Reina de los Apóstoles, nos acompañe y nos aliente a dar testimonio cristiano en nuestra vida de cada día, en comunión con nuestras comunidades cristianas.

Que tengas un buen día en el seguimiento de nuestro Maestro.