«Se quedaron asombrados de su doctrina»

EVANGELIO DE HOY Marcos (1,21-28):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

PARA VIVIR LA PALABRA:

Jesús llega a Cafarnaún con sus discípulos. Ya Jesús no aparecerá sólo, sino en compañía de sus discípulos. Ellos, que irán en aumento de día en día, serán sus primeros testigos de cuanto enseña y hace. Y, a su vez, irán procurando al Maestro techo y comida en sus correrías apostólicas. Este es uno de los encargos de los seguidores del Maestro (Lc 9,52). Cuando ya estén preparados, asumirán también la función de ir y anunciar el reino de Dios. Luego de la Resurrección, Jesús les comunicará sus poderes y los enviará a proseguir su misión hasta el fin de los tiempos: “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo…” (Jn 20,22).

Desde sus primeras apariciones marca una clara diferencia frente a los Maestros del Pueblo a quienes los judíos estaban acostumbrados: “se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.” Y no sólo autoridad docente, Jesús enseña su propia sabiduría que procede de Él mismo: “Habéis oído que se dijo…. pues yo os digo…” (Mt. 5,20-48) . Tiene igualmente una autoridad sobrecogedora sobre los espíritus inmundos, que intentan interrumpir su plan de ir manifestándose gradualmente, controlando totalmente sus tiempos. Y cuando el demonio intenta darlo a conocer: “Sé quién eres: el Santo de Dios», Jesús lo increpa enérgicamente: «Cállate y sal de él.».

Jesús, a la vez que va revelando el reino de Dios y su justicia, se da a conocer a sí mismo, en forma gradual, a través de sus signos. Son los signos anunciados por los profetas que ayudarán al pueblo a reconocerlo como el Mesías. Realiza signos que manifiestan su poder sobre la naturaleza, sanando todo tipo de enfermedad y dolencia, e incluso tiene poder sobre la muerte Mt 9,23-26), y sobre los demonios (Mt 8, 29) con el que Jesús destruye el imperio de satán (Mt 8,22-29)- Igualmente tiene poder de perdonar pecados (Mt 9, 1-8), al que los Maestros de la Ley responden acusándolo de blasfemia. “Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.». Y concluye el pasaje dejando ver sus consecuencias: ”Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.” No pensaba Marcos que esa fama llegaría hasta nosotros, entre otras cosas, gracias a sus escritos. Y con ella, llega también la hora en que ese conocimiento nos confronta con Jesús y reclama nuestra respuesta.

Que tengas un buen día con una respuesta generosa, y que Dios y la Virgen te bendigan