«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará»

EVANGELIO DE HOY Lucas (21,5-11):

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».

Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

PARA VIVIR LA PALABRA

Tomando pie de los comentarios de los discípulos, admirados de la maravilla del Templo, Jesús les abre los ojos a la realidad que se avecina: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.» En el años 73 se cumplirán estas palabras con la rendición y destrucción de Jerusalén por las tropas de Tito. En Roma podemos contemplar todavía el Arco monumental dedicado a Tito en memoria de este hecho. Es el fin de la Antigua Alianza suplantada por la nueva y eterna que recordamos todos los días en las palabras de la consagración.

Ante la pregunta de los discípulos, alarmados por esta revelación, Jesús les sigue advirtiendo sobre los peligros que se avecinan.

En primer lugar nos advierte a ellos y a notros, sobre los falsos profetas o maestros de la mentira, que pretenderán suplantar al Mesías con falsos anuncios sobre sus personas o los acontecimientos que se han de ir desencadenando a través de los tiempos. “No vayáis tras ellos.” El cristiano necesita el verdadero conocimiento de Jesús y de su obra, como también mantenerse dentro de la comunidad de la Iglesia, para perseverar en el seguimiento de Jesús. Hoy los falsos profetas los tenemos dentro de casa con los medios de comunicación que nos asedian con la “cultura de la muerte.” Y hemos de estar muy despiertos para poder discernir y saber a qué atenernos ante cada mensaje.
Como tampoco nos podemos dejar impresionar por tantas noticias de guerras, hambres, plagas, atropellos, con toda clase de crueldad, a los que asistimos cada día, con tanta sangre inocente que se derrama impunemente. Hoy en Irak, Siria, muchos lugares de África, donde la persecución contra los cristianos se está haciendo habitual. Pero también se pone de manifiesto día a día el valor y la fuerza extraordinaria de los mártires, incluso niños, que prefieren perder cuanto tienen e incluso derramar su sangre antes que abandonar su fidelidad al Señor.

Y prosigue Jesús: “Todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.» Es su fuerza la que nos asiste y acompaña todos los días de nuestra vida. Y su Palabra nos anima a seguir siendo sus testigos en toda ocasión.

Que tengas un feliz Día del Señor.