«Es inevitable que sucedan escándalos»

EVANGELIO DE HOY Lucas (17,1-6):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado.

Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «Lo siento», lo perdonarás.»

Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.» El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar.» Y os obedecería.»

PARA VIVIR LA PALABRA:

«Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! “ Estas expresiones tan fuertes de Jesús revelan el amor que siente por los “pequeños”. Estos no sólo son los niños, por su debilidad, sino todos los marginados y excluidos de la sociedad en que está viviendo, como eran las mujeres, y muy especialmente las viudas, despojadas del apoyo de sus maridos. Escándalo, o piedra de tropieza, es todo aquello que desvía a una persona del buen camino. Escandalizar a los pequeños es ser motivo por el cual los pequeños se desvían del camino y pierden la fe en Dios. Por tanto quien tuerce el camino a un hermano débil recibirá una sentencia terrible de parte de Dios:” más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.” ¿Por qué tanta severidad? ¿Porque Jesús se identifica con los pequeños? (Mt 25,40.45). ¡Quien hace algo a ellos, lo hace a Jesús! “Quien acoge a uno de estos pequeños en mi nombre, a mí me acoge” (Mc 9,37). Quien da un vaso de agua a uno de estos pequeños no perderá su recompensa (Mt 10,42),

Explica S. Juan Crisóstomo: “Por la pena del que escandaliza se puede conocer el premio del que salva. Si la salvación de una sola alma no fuese para El de tanta importancia, no amenazaría a los que escandalizan con un castigo tan grande.”

“Si tu hermano te ofende, repréndelo.” No sólo hay que evitar el escándalo, el mal ejemplo, la desmoralización… Hay que ayudar a levantarse a todo el que cae. La corrección fraterna puede rehacer la amistad, la buena relación de hermandad. El proyecto de Jesús es atraer a todos los hombres a la unidad de fe, de amor y de vida. Y este proyecto debe ser asumido por todo cristiano en su vida personal: vivir cada vez más unido a Jesús. Y para ello es indispensable la unión con cada uno de los hermanos, mediante el perdón y la reconciliación.

«Auméntanos la fe.» Es la súplica de los Apóstoles a Jesús, al percibir que solamente en la fe, don de Dios, podían establecer una relación personal con Él y estar a la altura de la vocación de discípulos. Esta petición es debida a la experiencia de los propios límites. No se sentían suficientemente fuertes para perdonar al hermano. La fe es indispensable también para realizar los signos de la presencia del Reino de Dios en el mundo. La fe, como la esperanza y la caridad, es fuente de energía interior que nos fortalece y nos da ánimo y valor para seguirle con la cruz, y ser sus testigos en una sociedad en decadencia moral y espiritual. Máxime cuando las ideologías contrarias al Evangelio y a la misma naturaleza humana, hacen estragos en la familia, en la escuela y en todas las áreas vitales de la convivencia humana. Jesús ha vencido al mundo. Y lo seguirá venciendo a través de los discípulos que, unidos a Él y llenos de su Espíritu, se dedican cada día a realizar el proyecto de Jesús en su propia vida y en su ambiente.

Que tengas un buen día hermoso y fructífero.