«Al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella»

EVANGELIO DE HOY Lucas (19,41-44):

En aquel tiempo, aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.

Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

PARA VIVIR LA PALABRA:

El evangelio de hoy nos estremece al contemplar a Jesús llorando. En su llanto por Jerusalén reconoce el fracaso –al menos parcial- de su misión. De nada sirvieron sus esfuerzos ante quienes se le cerraban a cal y canto. La Ciudad Santa, con el templo y todas sus instituciones políticas y religiosas, por su carácter sagrado, representa a todo el pueblo elegido…

El versículo 41 dice: «Cuando él se acercó a Jerusalén, al ver la ciudad, lloró sobre ella.». Los versículos 42-44 explican por qué: “…¡Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
Jesús señala que hubo algo significativo acerca de “este día.” “Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz” (v. 42). La referencia a «este día» es importante y revela que hay algo en este día en particular, que hace que Jesús se duela. Pero ¿por qué? La razón es que “este día” podría traer “lo que contribuye a la paz.” El Mesías de Israel en este día podría traer el reino y sus bendiciones. Esta “paz” debe ser algo más que la salvación individual. Jesús se dirigió a Jerusalén, capital de Israel, como a una persona: “Si tú también hubieras sabido. . . .” Al dirigirse a Jerusalén, Jesús se dirige a Israel como nación y pueblo elegido..

La paz podría haber llegado a Israel en este día, pero ese no será el caso. En su lugar, la paz se «oculta» de ellos, y vendrá la ruina. El motivo es “que no conociste el tiempo de tu visitación.” La visitación de Israel fue la aparición de su Mesías, que proclamó la cercanía del reino. “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos.”

Algunos comentaristas afirman que «este día», y esta «visita» se refieren al cumplimiento de la profecía de Daniel 9:25, que el Mesías Príncipe vendría a Israel al final de las sesenta y nueve semanas anunciadas por el profeta, y que se cumplieron exactamente en el día de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. De ahí la importancia de «este día» anunciado por el profeta.

Hoy Jesús viene a nosotros, ofreciéndonos su paz, la paz que el mundo no puede dar. Con el mismo amor y misericordia con que se la ofreció en otro tiempo a su Pueblo elegido. También nosotros somos libres para acogerlo y seguirle en nuestra vida, o cerrar los ojos a su paso.

Nos dice Benedicto XVI: “Por tanto, en este sentido, “Jerusalén” somos todos nosotros. Que la Virgen María, que acogió con fe a Jesús, nos ayude a no cerrar nuestro corazón a su Evangelio de salvación. Más bien, dejémonos conquistar y transformar por él, el “Emmanuel”, el Dios que viene a nosotros para darnos su paz y su amor.”

Que tengas un feliz día lleno de luz y de aciertos.