«Levántate y ponte ahí en medio»

EVANGELIO DE HOY Lucas (6,6-11):

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.

Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.

Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»

Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»

Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

PARA VIVIR LA PALABRA:

A medida que Jesús va desvelando el misterio de su propia identidad, con palabras y con hechos, y el pueblo lo cree y lo sigue, las autoridades religiosas, por el contrario, van oponiéndose con mayor obstinación y lo rechazan con mayor violencia. De donde la abeja saca miel, el áspid saca veneno, decía el poeta. Pero Jesús no se echa atrás. Irá siguiendo la voluntad del Padre en todo momento. Y mira a unos y a otros, al pueblo como a sus autoridades, que, en definitiva lo representan a Él mismo, como a hijos de Dios, como a su pueblo elegido. Y los ama hasta llorar por ellos y por la suerte que se están labrando (Lc 19,41-44).

Marcos nos describe los primeros cinco conflictos de Jesús con los fariseos: En Mc 2,1-12 entorno al perdón de los pecados; Mac 2,13-17, comer con los pecadores; Mc 2,18 ss, acerca del ayuno; las espigas arrancadas en sábado (Mc 2,13-28); la curación en día de sábado (Mc 3,1-6).

Hoy Lucas presenta a Jesús retando abiertamente a quienes le andan espiando, ante todos los asistentes a la sinagoga. Y, tras haberles esclarecido el verdadero sentido humano del sábado y haberles aclarado que “el Hijo del hombre es también el Señor del sábado” Mc.2,27-28, ahora se lo repetirá con los hechos. Dice al paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Toda la sinagoga contiene el aliento. Y a ellos les preguntó: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»

Pero ellos no respiran. No se atreven a pronunciarse ante el pueblo. ”Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.» Lo extendió y quedó restablecido.” Es la primera vez que Lucas nos muestra los sentimientos de Jesús frente a sus opositores: ira y dolor. Ira porque se empecinan más y más, cegados por su orgullo y egoísmo, incluso ante los milagros. Dolido, porque los ama hasta estar dispuesto a derramar su sangre, también por ellos. ”Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitará el Sol que nace de lo alto”, anunciaba Zacarías Lc 1,78, y se cumple plenamente en Jesús. Nosotros seguimos siendo llamados a testimoniarle de palabra y con las obras.

Que tengas un buen día lleno de misericordia.