«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron»

EVANGELIO DE HOY Lucas (11,27-28):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»

Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

PARA VIVIR LA PALABRA:

Ante la curación del endemoniado que, además era mudo, escribas y fariseos acusan a Jesús de echar los demonios en nombre de Belzebul. En este clima de crispación, una mujer sencilla del pueblo, lanza su voz en medio de la multitud , sin importarle las consecuencias:”¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron!, dice a Jesús. Se hace un silencio sepulcral. Jesús rompe el silencio y descubre la profunda grandeza de su madre: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.

María fue la primera discípula y oyente de la Palabra de Dios; María conservaba todas las cosas de la vida de su Hijo y las meditaba en su corazón ; María acompañó a su Hijo durante todo el ministerio público y estuvo al pie de la Cruz en el momento de su entrega total al Padre. María en el cenáculo esperó con los discípulos, en la fe y la oración, la venida del Espíritu Santo. Ella estuvo siempre con Jesús en las alegrías y las penas, en los éxitos y fracasos, en las alabanzas y vituperios… Vivió día a día su “SI” del momento de la Encarnación, sin volverse atrás en ningún momento. Su vivir fue un humilde servicio a la obra y la misión de Jesús. María ciertamente es la Madre de Jesús digna de toda alabanza, pero es antes que madre, la primera creyente, como dice San Agustín “María lo concibió antes en su mente que en su vientre”, es decir, precedió la fe a la concepción. Los cristianos tenemos una grande y extraordinaria Madre que desde el cielo nos acompaña en el camino de la vida y siempre está atenta a interceder por nosotros en nuestras necesidades como lo hizo en la boda de Caná. Pero también, como Madre, nos recuerda lo que Ella dijo a los sirvientes: “Haced lo que Él os diga” Octubre, mes misionero. Que María nos dé una fe viva y operante, y un corazón grande y generoso. ¡Los Misioneros necesitan nuestra oración y nuestra caridad!

Que tengas un buen día con los ojos puestos en la Madre