«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron»

EVANGELIO DE HOY Lucas (11,27-28):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»

Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

PARA VIVIR LA PALABRA

La Virgen del Pilar nos remonta a los primeros momentos de la Evangelización de España. La Virgen está con Santiago en el primer anuncio del Evangelio en nuestra tierra. Una antigua y venerada tradición nos dice que María reconforta y fortalece a orillas del Ebro en Zaragoza al Apóstol Santiago, cansado y desalentado en la dura tarea de anunciar el Evangelio, sin obtener respuesta. Desde entonces, la Virgen del Pilar es aliento y protección de los cristianos de España y, más tarde, de los pueblos hispanos de América, en la obra siempre nueva y urgente de anunciar el Evangelio de Jesucristo, así como en la tarea para acogerlo y vivirlo en nuestra vida personal, familiar y profesional
La Virgen es como la columna que nos guía y sostiene día y noche en nuestro peregrinaje terrenal. El Pilar, esa columna sobre la que se aparece y es representada la Virgen, es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra; es el signo de la acción de Dios en la historia y de lo que el hombre puede cuando da cabida a Dios en su vida. El Pilar es el soporte de lo sagrado, de la vida y del mundo, el lugar donde la tierra se une con el cielo, el eje a cuyo alrededor ha de girar la vida cotidiana, si quiere ser verdaderamente humana.

En María, Madre de Dios, la tierra y el cielo, Dios y el hombre, se han unido para siempre en su Hijo, Jesucristo. En Cristo Jesús, Dios mismo entra en nuestra historia y se hace presente, para mostrarnos quién y qué es Dios, y para desvelarnos la verdad del ser humano, del mundo y de la historia: su origen, su fundamento y su destino no son otros sino Dios mismo.

Por eso dice Jesús en el evangelio de hoy: «¡Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!» (Lc 11, 27-28). María es dichosa, sí, por ser la Madre de Dios, por haberle llevado en su vientre y haberle amamantado. Pero, sobre todo, es dichosa por haber creído en Dios y a Dios, por haberse fiado de su Palabra, y por haberla puesto en práctica.

María se convierte así en modelo de fe, y en pilar seguro y firme de la Iglesia y de los creyentes: la fe en su Hijo, Jesucristo, y la profunda devoción a María, son los pilares sobre los que se fundamenta y va creciendo el pueblo de Dios en nuestra patria y en los pueblos de Hispanoamérica.

Como antaño a Santiago, la Virgen del Pilar nos alienta hoy a todos los cristianos, independientemente de nuestra condición y profesión, para que no tengamos miedo de creer en Dios y a Dios. Ella nos susurra en este día: No tengáis miedo y abrid vuestro corazón a Jesucristo, “haced lo que él os diga;” arraigad vuestra existencia en él, fiaros de su Palabra, manteneos firmes en la fe cristiana, tened el valor de vivir su Palabra y testimoniarla aún en tiempos borrascosos. Sed acreedores de su bendición: «¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!».

Que tengas un buen día firme sobre la columna de la fe